Con ellas nacen neologismos que son aplicados a situaciones análogas y se popularizan.
Uno de ellos es la llamada "candinización" de una situación.
Esta tiene lugar cuando en el ámbito de una charla mas o menos cordial, la conversación va subiendo paulatinamente de tono hasta el punto de llegar casi a las manos.
Las amenazas pueden llegar a concretarse o no. Tal vez los casuales espectadores de la misma sean quienes la aborten o la alimenten. Lo cierto es que el principio de ejecución de ésta actitud -censurable por cierto- es suficiente como para tenerla por consumada.
Hay sin embargo, pautas bien claras, que establecen que una conversación se ha candinizado.
Proferir la frase : "te voy a arrancar la cabeza" o pararse y sacarse el saco, o decirle a su ocasional vecino "teneme el reloj", dan la señal inequívoca que ésta situación ha comenzado.
Asi las cosas, la candinización lamentablemente se ha instalado en nuestra sociedad y cuenta con cada vez mas adeptos, convirtiéndose en un flagelo de nuestros días.
A raiz de su proliferación, desde hace algun tiempo luce en un restaurante de la zona de Andino un cartel que reza "LA CASA SE RESERVA EL DERECHO DE ADMISION Y PERMANENCIA"
Uno de ellos es la llamada "candinización" de una situación.
Esta tiene lugar cuando en el ámbito de una charla mas o menos cordial, la conversación va subiendo paulatinamente de tono hasta el punto de llegar casi a las manos.
Las amenazas pueden llegar a concretarse o no. Tal vez los casuales espectadores de la misma sean quienes la aborten o la alimenten. Lo cierto es que el principio de ejecución de ésta actitud -censurable por cierto- es suficiente como para tenerla por consumada.
Hay sin embargo, pautas bien claras, que establecen que una conversación se ha candinizado.
Proferir la frase : "te voy a arrancar la cabeza" o pararse y sacarse el saco, o decirle a su ocasional vecino "teneme el reloj", dan la señal inequívoca que ésta situación ha comenzado.
Asi las cosas, la candinización lamentablemente se ha instalado en nuestra sociedad y cuenta con cada vez mas adeptos, convirtiéndose en un flagelo de nuestros días.
A raiz de su proliferación, desde hace algun tiempo luce en un restaurante de la zona de Andino un cartel que reza "LA CASA SE RESERVA EL DERECHO DE ADMISION Y PERMANENCIA"
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