Las fotos no mienten y la chica (de apellido ilustre en la ciudad) no ha tenido mas remedio que admitir la noticia entre sus allegados.
El campeón, en tanto, un poco mas cauto, trató de minimizar la información, pero no pudo refutar semejantes pruebas.
En tanto el ruliento patrón de la muchacha en cuestión, está buscando un reemplazo, porque no quiere lios.
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