NUESTRO EQUIPO ES 10 % DE INSPIRACION Y 90 % DE TRANSPIRACION

Un equipo de hombres que se respetan y se quieren es invencible.

Y si no lo es, más vale compartir la derrota con los amigos, que la victoria
co
n los extraños o los indeseables.

Alejandro Dolina


LA NOTA MAS VISTA LA ULTIMA SEMANA

lunes, 21 de abril de 2008

Lo prometido: Fragmentos del libro NO SE OLVIDEN DEL CABEZA

-Algunos historiadores coinciden en asegurar que Fabian Vön Zipolonien (ése era su nombre real) nació hace algo mas de treinta años en los barrios bajos de Asunción (Paraguay). Su infancia estuvo plagada de carencias desde económicas hasta afectivas. Hijo natural de una empleada doméstica y de un noble, conoció a su verdadero padre en circunstancias fortuitas.

-Cuentan que el barón Erik Vön Zipolonien solía mirar de reojo los picados que se realizaban a la vera del camino que él utilizaba diariamente para ir a su trabajo. Hasta que un día, pide a su chofer que detenga la marcha para observar a esos niños. Observa el partido y le llama la atención principalmente uno de ellos que jugaba descalzo y que tenía un increíble manejo del balón. Aún hoy, Erik recuerda ésta anécdota con una lágrima rodando por su mejilla. Ese pequeñín era nada menos que Santiago Salcedo, el que hoy juega en Newell`s de Rosario.

-Mientras tanto el pequeño Fabián crecía, en la medida que su alto grado de desnutrición se lo permitía. Partes de su cuerpo crecían desmesuradamente, mientras otras parecían detenidas en el tiempo. Aún hoy conserva rasgos de esa disfunción.

-Su madre lo golpeaba. Su padrastro golpeaba a su madre y a él. Sus hermanos golpeaban a sus padres y a él. Sus vecinos golpeaban a sus hermanos, sus padres y a él. Fue víctima por ese entonces de casi el 70% de los golpes que se daban en Asunción. Su vida fue un calvario. En los ratos libres jugaba al fútbol con sus amigos, y era allí, donde –curiosamente- transformaba su rol de golpeado por el de golpeador. Ya desde pequeño fue considerado un carnicero de las canchas.

-La irrupción en su vida de su padre, como ya dijimos en circunstancias fortuitas, (y que sería ocioso describir) lo salvó de un seguro linchamiento en una cancha paraguaya. Lo cruzó a Argentina escondido en el baúl de un auto, le dió su apellido y nacionalidad Argentina.

-Ya en nuestro país fue denunciado públicamente por organizaciones de Derechos Humanos, hecho que hizo que debiera cambiar su noble apellido por el de Cipollone, con el que hoy se lo conoce.

- En 2001 se crea la organización H.I.J.O.S. de padres golpeados por Cipollone.

-En 2003 en un partido homanaje a Blas Giunta, la agrupación Quebracho emite un documento acerca de la peligrosidad de Cipollone y se niegan -por temor- a integrar el equipo que juegue en contra de él.

-En 2005 ya mas asentado, mantiene un cónclave con Hebe de Bonafini, donde se acuerda un pacto de no agresión, lo que le facilita el regreso a las canchas

-Quizás su jugada mas festejada, fue la que desplegó en el Torneo de Fútbol de Corrientes, y se conoce como la Gran Chipo. Consiste en caminar sobre la pelota durante algunos metros, tal como los elefantes en algunos circos. Los contrincantes quedan inmóviles del estupor.

-Hoy, en el otoño de su carrera, sigue brindando espectáculo a quien quiera acudir a una cancha donde él juegue. Pero cuidado!

Hoy es un león herbívoro, pero por Dios: No se le crucen por delante cuando emprende su alocada carrera.

Traducción del guaraní: Leo A. Borges



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