DE PASEO POR EL ZOOLOGICO. UN CASTIGO

Cansado ya de tanto trabajar, decidí tomarme un día libre y junto con mi familia aterricé en el zoológico de Buenos Aires. Lejos de mis amigos, del blog, descansando de todas las jodas, me decidí dejar por un día de pensar en ellos. Ja! que iluso! En una de las jaulas veo un chimpancé viejo y cansado, al que habían puesto en un espacio solo, para que no lo jodan.

A qién me recuerda ? me dije.
Inclino la vista hacia un cartel vecino. Claro! era el mono Pancho! Como no acordarme de mi amigo sanlorencino, que también está medio viejo, medio solo. Pobre Pancho (el mono)
Me fui para el sector de las aves. Traté de gambetear la zona de las garzas, asi no me traían ningún mal recuerdo. Pero oh sorpresa. Caigo en un cartel bastante grande que me recuerda a otro amigo.
Me desazna bastante, ya que yo creía que todo lo que volaba y era verde era un loro. El cartel dice que existen 353 especies, entre las que debe estar mi amigo Piló, sin dudas.
Ya cansado de tantos recuerdos, decidí partir, sin pasar por la jaula de los gorilas.
Impulsivo -cual Ivan Benitez- busco la salida, mirando siempre al piso para intentar no ver mas animales. El llanto de mi hija y la pregunta de por qué nos íbamos, no lograron detenerme.

En es veo una placa de bronce, a escasos centímetros del piso con la inscrpción "Al perro"

Lo que me faltaba!
Chau a mi día de descanso. Chau a mi cable a tierra. Chau animales de mierda. Me vuelvo a San Lorenzo.
Amigos, los quiero (pero no tanto)