Muchos aseveran que la diez le queda grande, otros señalan que no se puede mover, otros más críticos sostienen que no esta para jugar ni en superveteranos, nosotros sus amigos sostenemos que no hay que ser tan crueles con un jugador al que la fama le jugo una mala pasada.
Cuenta la historia que el Chicho cuando joven, fue el intocable 10 del club Remedios de Escalada, lugar donde posee una plaqueta recordatoria por su paso por la institución (en realidad la plaqueta es en agradecimiento a su retiro, pero eso a quien le importa). Según cuenta la leyenda era un enganche como pocos, rápido, hábil y alegre ... pero el dulce néctar de la fama lo sumió en una crisis deportiva de la cual nunca pudo salir. Dicen sus amigos del club que la noche de Beltrán le ganó la pulseada y fue así que se lo podía ver por los cabarets y bolichones más conocidos de la ciudad, acompañado por señoritas y cuando no, por un grupo de travestis de Villa Cañas quienes seguían al fútbolista por donde quiera que él fuera. Agregan también, que la cara de amargo y la negatividad absoluta viene del simple hecho de recordar lo que es y lo que pudo ser (tranquilamente pudo ser Riquelme) si su carrera deportiva no le jugaba una mala pasada.
Es que el 05 de Febrero de 1992 tras una noche de excesos, el astro mezclo vino con sandia y con alguna otra sustancia prohibida, y todos sus sueños explotaron por el aire, al darle positivo el dope-ing luego de partido contra villa Felisa. Fue así como todo se vino abajo, tal como las ilusiones de Galuchi en el último campeonato argentino.
CONTINUARA ...
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