LOS HERMANOS MACANA
Ultimo Momento: Los hermanos macana, Germán y Alejandro, ya se encontrarían rumbo a la histórica ciudad de Tucumán. Ellos, emulando la gesta libertadora, viajaron con suficiente antelación, con el único y exclusivo fin de organizar la estadía de la delegación del equipo de fútbol B de la Asociación de abogados de San Lorenzo. En este sentido se ocuparon de los detalle mínimos, frutas frescas y choripanes pico libre para pancho, Cremas faciales y 50 pantalones largos deportivos para Alejandro, 12 medias res para chicho en el frigobar , la colección completa de barbi para Felipe, 30 kilos de girasol para marcelo, etc. Por otra parte aprovecharon el viaje para visitar algunos familares que viven en las inmediaciones rocosas. “Hace como mil años que no veo a la familia” habría dicho el mayor de los macana, también llamado Copito, mientras se dirigía a un gruta, próxima a la localidad de Tucumán. En dicho centro montañoso lo esperaba una numerosa delegación de cavernícolas, que los recibieron cordialmente. Allí fueron agasajados con majares propios de la región, tales como terodáctilo relleno, mamut con cuero, y el infaltable brochet de dinosaurio. Terminada las tareas organizativas y visitas familiares retornaron a su rosario natal, prometiendo regresar los primeros días de mayo con la promesa dar palos y palos a cuanto rival se cruce en su camino.
Ultimo Momento: Los hermanos macana, Germán y Alejandro, ya se encontrarían rumbo a la histórica ciudad de Tucumán. Ellos, emulando la gesta libertadora, viajaron con suficiente antelación, con el único y exclusivo fin de organizar la estadía de la delegación del equipo de fútbol B de la Asociación de abogados de San Lorenzo. En este sentido se ocuparon de los detalle mínimos, frutas frescas y choripanes pico libre para pancho, Cremas faciales y 50 pantalones largos deportivos para Alejandro, 12 medias res para chicho en el frigobar , la colección completa de barbi para Felipe, 30 kilos de girasol para marcelo, etc. Por otra parte aprovecharon el viaje para visitar algunos familares que viven en las inmediaciones rocosas. “Hace como mil años que no veo a la familia” habría dicho el mayor de los macana, también llamado Copito, mientras se dirigía a un gruta, próxima a la localidad de Tucumán. En dicho centro montañoso lo esperaba una numerosa delegación de cavernícolas, que los recibieron cordialmente. Allí fueron agasajados con majares propios de la región, tales como terodáctilo relleno, mamut con cuero, y el infaltable brochet de dinosaurio. Terminada las tareas organizativas y visitas familiares retornaron a su rosario natal, prometiendo regresar los primeros días de mayo con la promesa dar palos y palos a cuanto rival se cruce en su camino.
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